Por:
LIC. MARTHA ZÚÑIGA
En estos años en los que me he dedicado a tratar personas con problemas de sexualidad, parejas que quieren mejorar su vida sexual o su relación en general, he visto un tema siempre incómodo, que genera ansiedad y vergüenza es: cómo hablar de sexo, y no sólo de eso si no de sexualidad, a los hijos. Estos temas, el sexo, la sexualidad, el placer, el deseo, entre otros en nuestro tiempo aún son pensados como algo prohibido de mencionar, de vivir, de preguntar, no se diga de comunicar con los niños, no nos damos cuenta que algunas de nuestras actitudes pueden provocar que ellos sientan que este tema no se habla en casa. Los niños, en su inmensa curiosidad, desde sus primeros años, empiezan a hacer preguntas sobre las diferencias que ven entre ellos y otros niños con los que conviven, en la escuela o en casa, con primos o hermanos. Y nuestra actitud ante estas preguntas hace que ellos vayan generando confianza para seguir hablando o para cerrar por completo la puerta de la comunicación. Nuestras propias ideas y actitudes en cuanto al sexo y sexualidad serán un ejemplo importante para las futuras decisiones que ellos podrán tomar, la edad de inicio, la forma, el momento, la elección de pareja, etc. Es un tema al que no prestamos atención, pero que es crucial para el desarrollo de los niños.
Todos a lo largo del tiempo, desde que nacemos, experimentamos la sexualidad de forma distinta, ésta tiene que ver con muchos aspectos de nuestra vida: cómo interactúo con otras personas, cómo me siento con mi cuerpo, las fantasías que tengo, mis creencias con respecto a las relaciones de pareja, relaciones sexuales, mi conducta en las relaciones interpersonales, por mencionar algunos; y en los niños podemos identificar la expresión de la sexualidad en la forma en la que van descubriendo su cuerpo, la forma de relacionarse afectivamente con mamá y papá, la experimentación de sensaciones a través de su propio ser, y del contacto con otras personas (besos, abrazos, caricias), la conciencia de su propio sexo biológico, y la existencia del otro. Lograr educar a los niños en la sexualidad se traduce en que ellos podrán conocer, aceptar y cuidar de su cuerpo, dar un sentido y un significado propio a su cuerpo sexuado y podrán, en su momento, vivir y expresar la sexualidad en relación, es decir teniendo en cuenta a la otra persona, tener relaciones sexuales compartidas dentro de sus relaciones afectivas.
Entonces, ¿cómo logro educar a los niños en la sexualidad? Lo primero que habrá que hacer es reconocer mis propios sentimientos hacia este tema, siempre sé lo más honesto con respecto a lo que sientes al hablar de sexo, utiliza términos adecuados, esto es, llama a cada parte por su nombre, por más que nos pueda costar este paso tan simple es muy importante para evitar cualquier abuso y ayudar a la aceptación del cuerpo, sé lo más claro con las respuestas que das, apégate a información veraz y oportuna, y si sientes que no puedo contestar algo, puedes decir que lo investigarás y vuelve con la respuesta lo antes posible, trata de no reírte de sus preguntas, sé congruente. La mejor manera de poder educar a los niños en la sexualidad es siendo congruente con lo que yo digo y hago en este tema, es poder mantenerme lo más abierto posible, para poder conocer lo que ellos puedan ir sintiendo y pensando conforme se van reconociendo a sí mismos.